Malos tratos "sutiles"

Los malos tratos son comportamientos intencionales que buscan causar daño físico, emocional o psicológico, ya sea de forma directa o indirecta. A menudo, estos abusos se ejercen desde una posición de poder o control, y pueden darse en contextos como la familia, las relaciones de pareja, el ámbito laboral o en amistades.

Los malos tratos no siempre son evidentes. Pueden ser graduales y sutiles, haciendo que la víctima no los reconozca de inmediato. Sin embargo, todos ellos comparten un patrón común: la intención de dañar, controlar o someter a la otra persona.

Malos tratos físicos

Involucran cualquier acción que cause daño corporal o físico. Estos actos suelen ser los más fáciles de identificar debido a su naturaleza visible. Sin embargo, también pueden incluir negligencia hacia las necesidades básicas de una persona.

 

Ejemplos:

  • Golpes, empujones o estrangulamientos.
  • Quemaduras, heridas intencionadas o uso de objetos para infligir daño.
  • Privación de alimentos, abrigo o atención médica necesaria.
  • Obligar a realizar actividades físicas extenuantes como forma de castigo.

Malos tratos psicológicos

Afectan la mente y las emociones, buscando minar la autoestima, manipular las decisiones o controlar la percepción de la víctima. Este tipo de abuso puede ser difícil de detectar porque no deja marcas físicas, pero tiene un impacto duradero en la salud mental.

 

Ejemplos:

  • Gaslighting: Frases como "Estás exagerando", "Eso nunca pasó", o "Estás loca/o" para hacer que la víctima dude de su memoria o juicio.
  • Críticas constantes: Desvalorizar los logros o cualidades de la víctima con comentarios como "No sirves para nada".
  • Aislamiento: Prohibir o limitar el contacto con amigos, familia o compañeros de trabajo.
  • Amenazas: Crear un ambiente de miedo con frases como "Si me dejas, arruinaré tu vida".

Malos tratos emocionales

Dañan los sentimientos y emociones de una persona, afectando su capacidad de sentir seguridad y cariño en las relaciones. A menudo, los malos tratos emocionales son utilizados como herramientas de manipulación.

 

Ejemplos:

  • Chantaje emocional: "Si realmente me quisieras, harías esto por mí".
  • Indiferencia emocional: No mostrar interés por las emociones de la otra persona o minimizar sus preocupaciones.
  • Silencios punitivos: Ignorar a alguien como forma de castigo, generando angustia y dependencia emocional.
  • Excesiva dependencia: Crear un ambiente en el que la víctima sienta que no puede vivir sin el abusador.

 

 

¿Qué define a un victimario?

 

Un victimario es la persona que perpetra malos tratos, ya sean físicos, psicológicos o emocionales. Aunque no todos los victimarios tienen características idénticas, comparten ciertos patrones de comportamiento basados en la necesidad de control, poder o manipulación. Estos patrones suelen estar relacionados con su historia personal, rasgos de personalidad o incluso trastornos mentales.

 

Principales perfiles de victimarios

 

El Controlador

Busca dominar todas las decisiones y aspectos de la vida de la víctima. Utiliza tácticas como el aislamiento, la vigilancia constante o el control financiero.

Conductas comunes:

  • Revisar el teléfono, correos o redes sociales de la víctima.
  • Decidir con quién puede relacionarse la víctima.
  • Imponer reglas estrictas sobre cómo debe comportarse.

Motivación:

Miedo a perder el control o inseguridades propias que proyecta en la relación.

 

 El Manipulador

Emplea el gaslighting, el chantaje emocional o la culpa para someter a la víctima.

Conductas comunes:

  • Hacer que la víctima dude de su memoria o percepción.
  • Usar frases como: "Eres tú quien está exagerando" o "Si no haces esto, me dañas".
  • Convertirse en la "víctima" para justificar su comportamiento abusivo.

Motivación:

Deseo de mantener el control emocional y asegurarse de que la víctima no lo abandone.

 

 El Narcisista

Se caracteriza por una necesidad excesiva de admiración, falta de empatía y un sentido grandioso de sí mismo. Ve a las personas como extensiones de su ego.

Conductas comunes:

  • Desvalorizar o ridiculizar a la víctima para mantener su posición de superioridad.
  • Ignorar las emociones y necesidades de los demás.
  • Culpar siempre a la víctima de cualquier problema.

Motivación:

Refuerzo de su autoestima a través de la humillación o el control de otros.

 

El Agresor Pasivo

Utiliza la indiferencia, el sarcasmo y el desprecio como formas de abuso.

Conductas comunes:

  • Ignorar a la víctima durante conflictos importantes.
  • Emitir comentarios sarcásticos o hirientes disfrazados de humor.
  • Negarse a participar en decisiones o responsabilidades importantes.

Motivación:

Evitar confrontaciones directas mientras sigue ejerciendo control o causando daño.

 

 El Cíclico o Reconciliador

Alterna episodios de maltrato con disculpas y promesas de cambio. Este comportamiento crea confusión en la víctima y dificulta que abandone la relación.

Conductas comunes:

  • Pedir perdón repetidamente tras episodios de abuso.
  • Culpar al estrés, al alcohol o a la víctima misma por su comportamiento.
  • Mostrar amabilidad extrema tras un conflicto para retener a la víctima.

Motivación:

Mantener a la víctima emocionalmente atrapada en la relación.

 

 

Trastornos asociados en victimarios

 

Algunos victimarios pueden presentar trastornos que influyen en su comportamiento abusivo, aunque esto no justifica sus acciones:

 

Trastorno Narcisista de la Personalidad: Falta de empatía, necesidad de admiración y superioridad.

 

Trastorno de Personalidad Antisocial: Manipulación, impulsividad y desprecio por los derechos de los demás.

 

Trastorno de Control de Impulsos: Incapacidad para regular emociones agresivas.

 

Trastorno Limite de la Personalidad (TLP): Dificultad para gestionar emociones intensas, causando conductas agresivas o manipuladoras.

 

Adicciones: El abuso de sustancias puede amplificar comportamientos violentos o manipuladores.

 

 Ciclo del Victimario

1. Acumulación de tensión

El victimario acumula frustración y tensión.

Pueden aparecer conductas de irritabilidad, sarcasmo o indiferencia emocional.

Efecto en la víctima:

Ansiedad y sensación de caminar "sobre cáscaras de huevo".

Intenta calmar al victimario, reforzando el poder del abusador.

 

2. Episodio de abuso

La tensión explota en un acto de abuso físico, psicológico, emocional o financiero.

Efecto en la víctima:

Siente miedo, humillación o culpa.

Puede pensar que provocó el abuso.

 

3. Arrepentimiento o reconciliación

El victimario muestra remordimiento, pide perdón o promete cambiar.

Puede justificar su comportamiento culpando a factores externos o a la víctima.

Efecto en la víctima:

Siente esperanza y cree en un posible cambio.

Perdonar al victimario refuerza el ciclo.

 

4. Calma aparente

El victimario actúa de manera normal o afectuosa.

La tensión comienza a acumularse nuevamente, iniciando el ciclo.

Efecto en la víctima:

Se siente aliviada temporalmente.

La relación parece mejorar, pero la próxima fase es inevitable.

 

Este ciclo se repite constantemente hasta que alguna de las partes lo detiene, ya sea mediante intervención profesional, ruptura de la relación o cambios profundos en los patrones de conducta

Comprender los perfiles de los victimarios no solo permite identificar patrones de abuso, sino también iniciar procesos de intervención y recuperación.

Es importante destacar que, aunque algunos victimarios puedan buscar ayuda para cambiar sus comportamientos, muchas veces la prioridad debe ser proteger y empoderar a la víctima

 

¿Qué define a una víctima?

 

Las víctimas de malos tratos suelen tener características o contextos que las hacen más susceptibles a los abusos. Sin embargo, es importante recalcar que nadie elige ser víctima y que el maltrato siempre es responsabilidad del victimario. Las dinámicas de poder, la dependencia emocional y las experiencias previas juegan un papel crucial en la vulnerabilidad de la víctima.

 

Principales perfiles de víctimas

 

La Persona Dependiente Emocionalmente

Siente un miedo intenso al abandono y busca constantemente la aprobación de los demás.

Conductas comunes:

  • Tolera el maltrato para evitar conflictos o rupturas.
  • Justifica las acciones del agresor pensando que puede cambiarlo.
  • Tiene dificultad para establecer límites.

Origen:

Baja autoestima y patrones aprendidos en relaciones anteriores o en la infancia.

 

 La Persona Empática Extrema

Suele preocuparse mucho por las emociones de los demás, a menudo descuidando las propias.

Conductas comunes:

  • Justifica el comportamiento del victimario porque "está pasando por un mal momento".
  • Se siente responsable del bienestar del agresor.
  • Se sobrecarga emocionalmente al tratar de "arreglar" la relación.

Origen:

Entorno familiar donde se priorizó el cuidado de los demás sobre el propio.

 

La Persona Insegura

Tiene una autoestima muy baja y un fuerte sentimiento de inadecuación personal.

Conductas comunes:

  • Cree que merece el maltrato o que no es lo suficientemente buena para aspirar a algo mejor.
  • No identifica el abuso porque lo normaliza o lo minimiza.
  • Permanece en la relación abusiva porque teme no encontrar algo mejor.

Origen:

Experiencias previas de rechazo, bullying o maltrato en la infancia.

 

 La Persona Resignada

Cree que no hay salida o solución al maltrato que vive.

Conductas comunes:

  • No busca ayuda porque piensa que el abuso es inevitable.
  • Acepta el maltrato como parte de la vida.
  • Puede transmitir este patrón a sus hijos o relaciones futuras.

Origen:

Malos tratos prolongados, falta de apoyo externo o contexto cultural que normaliza el abuso.

 

La Persona Rebelde o Resiliente (en fase de recuperación)

Ha sufrido maltrato, pero está en proceso de empoderarse y romper el ciclo.

Conductas comunes:

  • Busca ayuda profesional o redes de apoyo.
  • Empieza a poner límites al agresor.
  • Identifica patrones tóxicos en otras relaciones.

Origen:

Experiencias de maltrato combinadas con apoyo externo que facilitan su recuperación.

 

 

Trastornos asociados en víctimas

 

Las víctimas de malos tratos pueden desarrollar una serie de trastornos debido al impacto emocional y psicológico del abuso:

 

1. Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT):

Experimentado especialmente en casos de abuso prolongado.

Síntomas: flashbacks, hipervigilancia, insomnio.

 

2. Ansiedad Generalizada:

Surge por la constante tensión emocional.

Síntomas: preocupación excesiva, dificultad para relajarse.

 

3. Depresión:

Causada por el desgaste emocional y la sensación de impotencia.

Síntomas: apatía, pérdida de interés, desesperanza.

 

4. Trastorno de Personalidad Dependiente:

Dificultad para tomar decisiones o actuar sin la aprobación del agresor.

Puede reforzar la dinámica de abuso.

 

5. Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA):

Desarrollados como mecanismo de control frente a la falta de poder en la relación.

 

6. Dismorfia Corporal:

Provocada por críticas constantes o abuso verbal relacionado con la apariencia.

 

 

Ciclo de la víctima

El abuso puede hacer que las víctimas repitan patrones de comportamiento en futuras relaciones:

 

1. Normalización del maltrato:

Las víctimas pueden creer que los malos tratos son parte de cualquier relación.

 

2. Baja autoestima:

Dificulta reconocer su propio valor y el derecho a una relación sana.

 

3. Miedo al cambio:

La idea de salir de la relación abusiva genera más miedo que el maltrato mismo.

 

Conocer los perfiles de las víctimas permite entender cómo se desarrolla la dinámica del abuso y ayuda a diseñar estrategias para prevenirlo y romper el ciclo. La terapia y el apoyo emocional son clave para que las víctimas recuperen su autoestima, aprendan a establecer límites y reconstruyan su vida

Los Malos Tratos Sutiles

Los malos tratos sutiles son formas de abuso psicológico y emocional que no son evidentes de inmediato. A menudo, son comportamientos recurrentes y graduales que minan la autoestima, la confianza y la estabilidad emocional de la víctima. Debido a su naturaleza menos visible, suelen ser difíciles de identificar y pueden normalizarse con el tiempo.

 

1. Gaslighting (manipulación psicológica)

Técnica que busca hacer que la víctima dude de su percepción de la realidad, su memoria o juicio.

Ejemplos:

"Eso nunca pasó, te lo estás inventando."

"Siempre exageras las cosas."

Efectos:

La víctima empieza a cuestionar sus propias experiencias, lo que refuerza el control del agresor.

 

2. Microagresiones emocionales

Pequeños comentarios o acciones que desvalorizan o hieren, muchas veces disfrazados de humor o preocupación.

Ejemplos:

"¿De verdad vas a usar eso? No es muy favorecedor."

"No me sorprende que te haya pasado, siempre cometes errores."

Efectos:

Desgaste progresivo de la autoestima y sensación de constante crítica.

 

3. Chantaje emocional

Uso de la culpa, el miedo o la obligación para manipular las decisiones de la víctima.

Ejemplos:

"Si me dejas, no sé qué haré con mi vida."

"Después de todo lo que he hecho por ti, ¿cómo me haces esto?"

Efectos:

Sensación de estar atrapado en la relación, incapacidad para tomar decisiones propias.

 

4. Indiferencia emocional o silencios punitivos

Retirar la atención, el afecto o la comunicación como castigo.

Ejemplos:

Ignorar a la víctima después de un desacuerdo.

Negarse a hablar o resolver conflictos.

Efectos:

Aumenta la ansiedad y la dependencia emocional de la víctima.

 

5. Control encubierto

Formas indirectas de controlar la vida de la víctima, disfrazadas de cuidado o preocupación.

Ejemplos:

"Te ayudo a elegir tus amigos porque quiero lo mejor para ti."

Decidir unilateralmente sobre finanzas o actividades.

Efectos:

Reducción de la autonomía y sensación de incapacidad para tomar decisiones.

 

Por qué son difíciles de identificar

 

Normalización: La víctima puede creer que estos comportamientos son “normales” en una relación.

 

Sutilidad: Los malos tratos sutiles no suelen incluir actos explícitos de violencia o abuso.

 

Disfraz de buenas intenciones: A menudo, los victimarios presentan estas acciones como cuidado o preocupación genuina.

 

Confusión: La víctima puede sentirse culpable o responsable del comportamiento del agresor.

 

Cómo identificar los malos tratos sutiles

 

1. Reconocer patrones repetitivos:

Si constantemente te hacen sentir inseguro, culpable o dependiente, podría tratarse de un maltrato sutil.

 

2. Evaluar el impacto emocional:

Pregúntate si después de ciertas interacciones sientes ansiedad, tristeza o pérdida de autoestima.

 

3. Escuchar a terceros:

Las personas cercanas pueden notar el abuso antes que la víctima.

 

4. Reflexionar sobre el equilibrio en la relación:

Una relación sana no genera miedo, culpa ni sensación de control constante.

 

Los malos tratos sutiles son formas insidiosas de abuso que pueden ser tan dañinas como los actos más evidentes. Identificarlos es el primer paso para romper con estas dinámicas. La educación emocional y la búsqueda de apoyo son herramientas clave para superar estos patrones y construir relaciones sanas

Consecuencias

 

Impacto en las Víctimas

Los malos tratos, sean físicos, psicológicos o emocionales, dejan secuelas profundas en la salud mental, emocional y física de las víctimas. Estas consecuencias pueden variar dependiendo de la duración y severidad del abuso, así como del apoyo recibido por la víctima.

 

1. Salud Mental

 

  • Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT):

Común en víctimas de abuso prolongado o severo.

Síntomas: flashbacks, hipervigilancia, dificultades para dormir, evitación de situaciones que recuerden al agresor.

 

  • Ansiedad:

Surge de la exposición constante a situaciones de estrés y tensión.

Síntomas: preocupación excesiva, ataques de pánico, sensación de peligro constante.

 

  • Depresión:

Causada por el sentimiento de impotencia y la pérdida de autoestima.

Síntomas: tristeza profunda, aislamiento, pensamientos de inutilidad.

 

 

  • Trastornos de la Personalidad:

Ejemplo: Trastorno de Personalidad Dependiente, relacionado con la incapacidad de tomar decisiones sin la aprobación de otros.

 

 

2. Impacto Emocional

 

  • Baja autoestima:

Las constantes críticas y humillaciones generan una percepción negativa de sí mismo.

 

  • Culpa y vergüenza:

La víctima a menudo se siente responsable del abuso, especialmente en casos de chantaje emocional.

 

 

  • Dificultades para confiar en los demás:

El abuso emocional puede dificultar la formación de relaciones futuras.

 

 

3. Salud Física

 

  • Psicosomatización:

El estrés y la ansiedad pueden manifestarse como dolores de cabeza, problemas gastrointestinales o enfermedades crónicas.

 

  • Autolesiones o conductas de riesgo:

Algunas víctimas recurren a estas prácticas como forma de lidiar con el dolor emocional.

 

 

Impacto en los Victimarios

 

Los victimarios también sufren consecuencias debido a sus comportamientos abusivos, aunque muchas veces no sean conscientes de ellas.

 

1. Relaciones Sociales

 

  • Aislamiento:

Los comportamientos abusivos a menudo alejan a familiares, amigos y colegas.

 

  • Inestabilidad en relaciones:

Incapacidad para mantener vínculos sanos y duraderos.

 

 

2. Salud Mental

 

  • Refuerzo de patrones tóxicos:

Los victimarios que no buscan ayuda continúan perpetuando dinámicas abusivas.

 

  • Trastornos de personalidad:

Ejemplo: Trastorno Narcisista o Antisocial, que refuerzan su falta de empatía y manipulación.

 

 

3. Consecuencias legales o laborales

En casos graves, los victimarios pueden enfrentar denuncias, pérdida de empleo o problemas legales, lo que afecta su vida económica y profesional.

 

 

Cómo Romper el Ciclo de las Consecuencias

 

1. Para las Víctimas:

 

  • Buscar apoyo profesional: terapia individual o grupal.

 

  • Construir una red de apoyo: amigos, familiares o comunidades.

 

  • Practicar el autocuidado: actividades que fomenten la autoestima y el bienestar emocional.

 

 

2. Para los Victimarios:

 

  • Reconocer el problema: aceptar la responsabilidad de sus actos.

 

  • Terapia especializada: tratamiento para trastornos de personalidad o manejo de la ira.

 

  • Educación emocional: aprender a gestionar emociones de forma saludable.

 

Tanto víctimas como victimarios experimentan consecuencias significativas que pueden perpetuar patrones de abuso si no se interviene a tiempo. La educación, el apoyo psicológico y la conciencia de estas dinámicas son fundamentales para sanar y prevenir futuros ciclos de maltrato

 Estrategias para Identificar y Afrontar el Maltrato

 

1. Identificar los Malos Tratos

La identificación del maltrato, especialmente el psicológico y emocional, puede ser difícil debido a su carácter sutil o gradual. Sin embargo, existen señales clave que pueden ayudar a reconocer estas dinámicas:

 

Cambios emocionales o de comportamiento:

  • Sentimientos constantes de miedo, culpa o inseguridad en la relación.
  • Aislamiento social provocado por el control del victimario.
  • Baja autoestima debido a críticas continuas o desvalorización.

 

Patrones de control:

  • Restricción sobre decisiones personales, contactos o actividades.
  • Manipulación emocional con frases como: "Si me amaras, harías esto".

 

Conductas recurrentes:

  • Comentarios que desvalorizan, ridiculizan o menosprecian.
  • Ignorar las necesidades o emociones de la otra persona.

 

Ciclos de abuso:

Episodios de tensión seguidos de explosiones de maltrato y, posteriormente, reconciliaciones con promesas de cambio.

 

 

2. Afrontar el Maltrato

Una vez identificado, es crucial tomar medidas para enfrentar y romper el ciclo del maltrato, tanto para las víctimas como para los victimarios que deseen cambiar.

 

Para las Víctimas:

 

1. Reconocer que no es su culpa:

El maltrato nunca es justificable, y la responsabilidad recae en el victimario.

 

2. Buscar apoyo externo:

Hablar con amigos, familiares o profesionales para validar las experiencias.

Contactar líneas de ayuda o grupos de apoyo que ofrezcan orientación.

 

3. Establecer límites claros:

Definir qué comportamientos no se tolerarán más.

Comunicar estas decisiones con firmeza y sin miedo a las represalias.

 

4. Priorizar la seguridad:

Si el maltrato incluye amenazas físicas, buscar refugio o apoyo legal.

Documentar los incidentes de abuso para posibles acciones legales.

 

5. Iniciar terapia:

La ayuda psicológica es esencial para recuperar la autoestima y sanar emocionalmente.

 

 

Para los Victimarios:

 

1. Reconocer el problema:

Aceptar que su comportamiento es dañino y que necesitan cambiar.

 

2. Buscar terapia especializada:

Tratar trastornos de personalidad, manejo de la ira o problemas de control emocional.

 

3. Responsabilizarse de sus actos:

Evitar culpar a la víctima o justificar el maltrato.

 

4. Practicar la empatía:

Aprender a comprender y respetar las emociones y límites de los demás.

 

5. Romper patrones aprendidos:

Reflexionar sobre cómo experiencias previas o contextos familiares influyeron en sus comportamientos actuales.

 

 

 Estrategias Comunes para Prevenir el Maltrato

 

1. Educación emocional:

Fomentar desde edades tempranas habilidades como la empatía, el manejo de emociones y la comunicación asertiva.

 

2. Construir relaciones sanas:

Basar las interacciones en el respeto, la confianza y el equilibrio de poder.

 

3. Detección temprana:

Identificar comportamientos abusivos en sus etapas iniciales para evitarlos.

 

4. Apoyo comunitario:

Crear redes de apoyo que ayuden a víctimas y potenciales victimarios a romper el ciclo de abuso.

 

Afrontar el maltrato es un proceso que requiere valentía y apoyo. Tanto víctimas como victimarios tienen la capacidad de salir del ciclo del abuso con las herramientas adecuadas, como la terapia, la educación emocional y una red de apoyo sólida. La clave está en reconocer el problema y tomar acciones concretas para sanar y construir relaciones más saludables

 Qué Hacer 

 

 Si eres víctima de malos tratos

  • Reconoce el maltrato

Acepta lo que está sucediendo: El primer paso es reconocer que el comportamiento que estás enfrentando no es normal ni aceptable.

Identifica patrones: Toma nota de los episodios, comportamientos o dinámicas que te hacen sentir controlado, culpable, o inseguro.

 

  • Prioriza tu seguridad

Si el maltrato es físico o incluye amenazas:

  1. Busca un lugar seguro.
  2. Contacta a las autoridades o a una organización que ofrezca protección a víctimas de violencia.

 

  • Habla con alguien de confianza

Amigos o familiares: Compartir tu situación puede ayudarte a validar tus sentimientos y obtener apoyo.

Profesionales: Busca ayuda de un psicólogo o terapeuta especializado en maltrato para empezar tu proceso de recuperación.

 

  • Busca recursos externos

Líneas de ayuda: Contacta organizaciones locales que ofrezcan orientación y apoyo a víctimas.

Documenta los incidentes: Si decides emprender acciones legales, es importante tener pruebas del abuso (mensajes, fotos, testimonios).

 

  • Recupera tu autoestima y autonomía

Inicia actividades que te ayuden a reconectar contigo mismo, como el deporte, el arte o cualquier actividad que te haga sentir bien.

Trabaja en establecer límites claros en tus relaciones

 

 Si eres testigo de malos tratos

 

  • Reconoce la situación

Identifica si lo que estás presenciando es un maltrato.

Observa señales como:

  1. Control excesivo sobre otra persona.
  2. Conductas despectivas, insultos o humillaciones públicas.
  3. Cambios en el comportamiento de la víctima, como aislamiento o temor

 

  • Interviene de forma segura

No confrontes directamente al victimario: Esto puede poner a la víctima y a ti en peligro.

 

  • Habla con la víctima:

Exprésale tu preocupación sin juzgar: “He notado que estás pasando por una situación difícil, ¿cómo puedo ayudarte?”

Valida sus emociones: “Es normal sentirte así, pero esto no está bien y no es tu culpa.”

 

  • Ofrece apoyo emocional y práctico

Ayuda a la víctima a buscar recursos: líneas de ayuda, psicólogos, refugios.

Acompáñala si decide denunciar o buscar apoyo profesional.

 

 

La importancia de romper el silencio

 

Como víctima: Hablar de tu experiencia puede ser el primer paso hacia la recuperación. Romper el silencio también puede inspirar a otras personas a buscar ayuda.

 

Como testigo: Tu intervención puede marcar la diferencia y salvar a alguien de un ciclo de maltrato.

 

El maltrato no solo afecta a la víctima, sino también a quienes están cerca y observan. Saber cómo actuar, tanto como víctima como testigo, es fundamental para romper el ciclo de abuso. La empatía, el apoyo y la acción pueden ser herramientas poderosas para iniciar el camino hacia relaciones más saludables y libres de maltrato


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